jueves, 29 de mayo de 2008

NUEVA CRIMINOLOGIA ESCUELAS

ESCUELA DE CHICAGO.

A partir de Emili Durkheim se desencadena un torrente de doctrinas de contenido sociológico estructural funcionalista en el que se ubican las de la anomia, enfoques multisectoriales, la de la asociación diferencial, del etiquetamiento o labeling approach, el interaccionismo simbólico; concepciones que no dejan de ser etiológicas por que excluyen una vinculación con los conflictos radicales de la estructura social. Descartan el cuestionamiento del poder en el que se dan conflictos antagónicos que son los que condicionan y determinan los procesos de criminalización.
Debido a las grandes concentraciones urbanas que se producían alrededor de los centros fabriles en la pujante industria norteamericana que concentraba conflictos derivados de las migraciones especialmente, además de la estratificación poblacional que se producía se logra el clímax de la criminología de carácter sociológico que se alcanza en la Escuela de Chicago, cuya Universidad fomentó en su facultad de sociología la investigación empírica que sostenía que los cambios sociales producían desajustes en la personalidad humana que conducía al delito. El Dr. RODIGO BUCHELI MERA en su obra “Criminología, hacia la Concepción.
Crítica” trae una cita de José Maria Rico que atribuye al mundo en mutación la característica del aumento regular y la transformación de la criminalidad, entendido que el fenómeno criminal se relaciona esencialmente con el proceso de cambio social, esta es básicamente la teoría del cambio social,

Esta escuela reanuda los planteamientos sociales-científicos, acerca del origen del delito y logra a través de sus estudios una posición dominante en la criminología, esta escuela Americana esta orientada hacia la sociología y el análisis sociológico del delito, fue dividido en dos grandes grupos.

EL 1ero: Se dedica al estudio en la relación entre criminalidad y estructura, y procesos sociales tales como: La población, densidad y composición de la misma distribución de los bienes, movilidad, conflictos entre sistemas de normas, ideología política, económica y religión.

EL 2do: Trata de buscar una explicación a la etiología del delito, apoyándose en las teorías psicoanalistas, se orienta por el análisis de los procesos que llevan al hombre hacerse criminal colocándose un enfoque social psicológico dentro del enfoque de orientación sociológica todo lo cual lo encontramos a la escuela de CHICAGO.
Esta escuela fue llamada también ecológica, apuntaba a la criminalidad que se desarrollaba en los sectores mas empobrecidos de las sociedades que se concentraban en los barrios marginales de los centros urbanos y propendía a concentrar la represión en esos lugares. No hubo pronunciamiento respecto de los delitos económicos y financieros, la fabricación de productos defectuosos, los daños al medio ambiente, el narcotráfico, la corrupción política que lógicamente no se podían localizar en lugares específicos de las ciudades.
Francisco Muñoz Conde en una obra compartida con Winfried Hassemer sostiene que “la importancia de la Escuela de Chicago radica sobre todo en haber destacado el contexto social urbano en el que surge la delincuencia, principalmente juvenil ubicándolas geográficamente en determinadas zonas de la ciudad.” “ la morfología urbana no refleja mas que la morfología del poder y no es mas que la consecuencia de una sociedad claramente clasista” [1]
El aporte a una política criminal que se apoya en una distribución geográfica de factores criminógenos es que permite diseñar programas preventivos y mejorar las condiciones de vida de esos sectores para disminuir los índices delincuenciales. La metodología empírica que se implementó por parte de la Universidad de Chicago reveló datos importantes de la realidad que les permitió sacar conclusiones en las que fundamentaron sus estudios, llevando las investigaciones a la estructura familiar, a los grupos juveniles y fabriles formadores de las subculturas o de las asociaciones diferenciales y hoy en día todavía tiene predominio en la criminología norteamericana.
En América Latina, después de una generación neoliberal en el poder, se ha podido presenciar como esta teoría de la estratificación del delito cobra inusitada vigencia luego del análisis empírico, puesto que la criminalidad con altos índices de violencia, que no necesariamente es la que mas daño le hace a la sociedad, se concentra en los barios marginales, en los mas pobres, en los barios que se forman por los asentamientos humanos provenientes de las zonas rurales y en los sectores urbanos donde ellos trabajan es decir las zonas fabriles y en cambio, los sectores sociales mas favorecidos por el proceso concentrador del neoliberalismo, han ido ubicándose en ciudadelas amuralladas, exclusivas en donde el rubro de seguridad es un componente de la canasta básica, aquí se proveen de todos los bienes y servicios y la delincuencia llamada común casi no tiene acceso, concentra mas bien a quienes se ven involucrados en los llamados delitos de cuello blanco, de los que la Escuela de Chicago no legó ninguna explicación.

CRIMINOLOGÍA DE LA CRÍTICA O REACCIÓN SOCIAL
Desde una tercera posición, se parte de los procesos que permiten que una sociedad, en un momento determinado, identifique ciertas conductas como delictivas. Es la llamada criminología de la reacción social o criminología crítica, radical, nueva, alternativa, o politología del delito cuyos iniciadores los ingleses Taylor, Walton y Young, plantean que existe un error, cuando se analiza el fenómeno delictivo, solamente en base de lo que los códigos penales establecen.
Comienza por criticar la criminología tradicional a la que le atribuye varias limitaciones e introduce en el objeto el estudio de la interacción dialéctica entre la desviación y la reacción social propiciada por las agencias de control.
En el año de 1968, un importante grupo de estudiosos que coinciden en el rechazo a la criminología oficial y que, si bien no se ponen de acuerdo en los contenidos fundamentales de tal posición, afirman que “si no estamos de acuerdo en alguna cosa, probablemente lo estamos contra cualquier cosa”. Figuraba allí Lan Taylor, Paúl Walton, Jock Young, Laurie Taylor, y otros, que forman un grupo europeo para el estudio de la Desviación y el Control Social. Y representan el grupo mas radical de la vertiente critica en materias criminologicas, deciden la formación del grupo para tratar bajo un nuevo ángulo los problemas de la conducta desviada y de la reacción social, teniendo como punto de coincidencia una critica a la criminología tradicional.
Según estos autores, el énfasis debe orientarse a los mecanismos, según los cuales una sociedad escoge ciertas conductas, para convertirlas en punibles.
Lola Aniyar de Castro señala que la criminología critica es radical por que va a la raíz de las cosas, va a buscar la esencia, no se conforma con la existencia, procede al retiro de los mitos, es decir de los fetiches, de la existencia de las categorías objetivadas, para arribar a la esencia. Si los mitos en economía son el precio y el salario, en Criminología el mito es la ley, y la esencia la clase en el poder que defiende sus intereses mediante ese instrumento.[1]
Su razonamiento llega a señalar que es una suerte de engaño el que viven las sociedades en materia penal, cuando todo el sistema de investigación, administración de justicia y represión se orienta casi exclusivamente a los pequeños delincuentes, sin tener en cuenta que el daño que estos producen a la sociedad es menor, frente al de los grandes delincuentes, los de cuello blanco, cuyas acciones producen un perjuicio social de enormes proporciones.
Para los seguidores de la criminología crítica, es hora de pasar de la micro criminología a una macro criminología que se ocupe de manera mas seria de delitos como el tráfico de influencias, la corrupción, la colusión, la destrucción del medio ambiente, la violación de los derechos del consumidor, etc.
A esto sin duda tendríamos que añadir en el presente, a los grandes traficantes de drogas que, de lejos, son los que menos posibilidades tienen de hallarse en la cárcel.
Resumiendo el contenido la nueva criminología se aparta del concepto biopsicologico y macrosociologico, para buscar, en la historia, la realidad del comportamiento desviado, para establecer su relación funcional o disfuncional con las estructuras sociales, con el desarrollo de las relaciones de producción y de distribución. Según lo postula Baratta, “el salto cualitativo que separa la nueva de la vieja criminología consiste, sobre todo, en la superación del paradigma etiológico, que era el paradigma fundamental de una ciencia entendida como teoría de las causas de la criminalidad”. La desviación y la criminalidad no son preexistentes a la reacción social e institucional.

La criminología crítica ha desplazado el análisis del fenómeno criminal desde el sujeto criminalizado hacia el sistema penal y hacia los procesos de criminalizacion y, más en general, hacia todo el sistema de reacción social ante la desviación.
Por esta vía, se sostiene que la Criminología Crítica o Radical se aparta un tanto del estudio de los factores endógenos y exógenos de la criminalidad para profundizar en la investigación a cerca de la ley penal, para que se hace? Quienes la hacen? , Contra quien se hace?, etc. Lola Aniyar de Castro, dice que el objeto “no es modificar al delincuente sino a la ley, o al sistema total del cual la ley es su instrumento mas poderoso y efectivo.”

Esta Doctrina tiene su origen remoto en Marx y Engels de donde se toma el enfoque dialéctico mas que sus opiniones sobre el delito y el delincuente pues es sabido que ellos no incursionaron en el problema penal por lo que no se puede decir que existe una teoría marxista de la desviación. Sin embargo, inspiraron la crítica al sistema económico y social del capitalismo y denuncia de sus lacras y defectos. Y sirvieron para renovar el panorama de la criminología poniendo atención a otros factores y problemas de la criminalidad no atendidos por la criminología tradicional. En la obra de Marx, los temas criminológicos se encuentran sumergidos en amplios conceptos sobre la lucha de clases, el modo de producción, el origen del Estado, y no tuvieron un tratamiento autónomo. En el manifiesto comunista se hace referencia al lumpenproletariado sector social considerado desclasado y enemigo de clase obrera por que parasitaba de ella, explotando también al trabajador al no estar integrado a la producción, era en este sector social que incluía al delincuente del que decía que era una manifestación de la lucha del individuo contra las condiciones prevalecientes.

De acuerdo al materialismo histórico, se ha revelado que la historia del la criminalidad es la historia del poder, del Estado, el que ha creado múltiples formas de criminalidad desde su nacimiento, evolución y lucha permanente por su mantenimiento y reproducción, formas que han cambiado teniendo en cuenta las relaciones sociales conflictuales internas y externas que se han ido presentando, desarrollando un proceso social de criminalización, donde los extremos hegemónicos del poder, dueños del control social han establecido, de manera general, qué es lo criminal y, de manera particular, quién es el criminal.

En este aspecto cabe destacar el aporte ideológico de FOUCAULT quien, sin descartar la interpretación dialéctica marxista, se ha preocupado de analizar el poder, más que en su origen, en su funcionamiento, su dinámica, sus alcances y tentáculos. En su obra Vigilar y Castigar presenta la evolución del poder en cuanto a técnicas punitivas técnicas de castigo, pulimento de las relaciones judicialidad–poder, evidenciando las relaciones entre el poder y la criminalización. El pensamiento de el este tratadista a servido como punto de referencia para fundamentar la teoría del conflicto en la criminología.

El citado profesor Emiro Sandoval Huertas explica los el funcionamiento, de los procesos sociales de criminalización comprendidos como parte del control social “como la totalidad de instituciones y sistemas normativos, con base en los cuales mediante estrategias de socialización y procesos selectivos, se procura lograr la aceptación y el mantenimiento del orden social vigente y sus valores, de modo que ese control social se ejerce diferentemente sobre los distintos sectores sociales.”[1]
Debemos considerar también como antecedentes a pensadores como Lacassagne junto con Tarde, que fundaron la escuela de Lyón, quienes manifestaron que “las sociedades tienen la delincuencia que se merecen”. Consideraban la criminalidad como un fenómeno de masas y no individual o antropológica.
Otra fuente fue la teoría de la normatividad del delito que sostuvo Durkheim, mas próximamente esta corriente criminológica se alimenta de la criminología sociológica norteamericana destacada en la primera mitad del siglo XX, que dio lugar a las teorías socio estructurales de la criminalidad, El estudio del surgimiento de culturas y contraculturas, el reconocimiento de hechos punibles mas graves que los convencionales y en general, de movimientos radicales que aparecieron como respuesta a la guerra del Viet Nam y la ingerencia del imperio en los movimientos sociales latinoamericanos. Se empieza a considerar que el desviado el una victima del sistema patógeno de un sociedad en constantes contradicciones.

Las teorías de la época pecaban de una escasa fundamentación empírica que llevó a la Universidad de Chicago a patrocinar la investigación en los ambientes sociales en los que aparecía con mayor incidencia el delito. La mayor aportación de la escuela que surgió así en Chicago fue el estudio de la delincuencia que surge en un contexto social urbano.

CRITICAS CONTRA LA CRIMINOLOGÍA TRADICIONAL
Los partidarios de la criminología crítica censuran la criminología tradicional en todos, o casi todos sus aspectos de estudio, “por considerarla paternalista o de simple beneficencia, para establecer como objeto en la nueva criminología la relación dialéctica entre la desviación y las agencias de control, es decir, el estudio histórico de contextos sociales determinados de la relación delito represión”[1].
El maestro vasco Antonio Beristain[2], reduce tales objeciones a ocho puntos básicos que nos permitimos transcribir literalmente ya que él lo explica de manera precisa:

1.- Que emplea un método excesivamente unilateral ahistórico, apolítico, individual y formal.

2.- Se orienta según los criterios del derecho penal, en una concepción individualista (no personalista, en el sentido moderno de la palabra), centrada excesivamente en el delincuente.

3.- Niega que el delito sea producto, en gran parte, del legislador y de los medios de control social que, con sus actuaciones, pretenden mantener la situación heredada de privilegio.

4.- Considera delictivas por antonomasia aquellas acciones que solo lo son en sentido limitado, y no considera delictivas (o solo secundariamente), aquellas otras acciones y estructuras mucho mas graves como, por ejemplo, la contaminación ambiental física y la contaminación ambiental psicológica, la delincuencia económica, los delitos contra la paz, la delincuencia de cuello blanco, la del terror establecido, la tortura policial.

5.- Pretende marginar a quienes disienten de la ideología propia de quienes detentan el poder y manipulan el derecho penal como instrumento para mantener la situación actual de irritantes injusticias estructurales.

6.- Considera al delincuente como totalmente distinto de los no encarcelados, como individuo anormal y patológico.

7.- Presupone como indiscutible unas normas y unos criterios establecidos por cierto sector dominante y clasista.

8.- Niega la dimensión comprometida del estado y de las personas encargadas de legislar de administrar justicia y de ejercer las funciones policiales, etc.

No hay comentarios: